PROXIMA 31 / Invierno



Al igual que para el número anterior, me costó comenzar a escribir este editorial. Ya que se trata del Especial de Invierno, me aconsejaron empezar con el siempre efectivo “Era una noche oscura y tormentosa”, pero no me convencía; tampoco otros comienzos que podrían parecerme particularmente oportunos como “Ahora, el invierno de nuestro descontento” --que mi memoria se empecina en reescribir significativamente como “El largo invierno de nuestro infortunio”--  o “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”... 
Quizás convenga empezar contándoles que al seleccionar el material para este número pensaba la noción de invierno como concepto amplio: como una época de adversidad y tristeza; el empobrecimiento de la tierra y de las oportunidades; el frío en el paisaje, pero también el frío en el alma; el frío de la injusticia, de la deshumanización, de la incomprensión, y el frío de la ausencia.
Lo que venía a mi mente una y otra vez era el viaje para atravesar el hielo que realizan Genly Ai y Estraven en La mano izquierda de la oscuridad. En un mundo donde no hay diferencia biológica entre los individuos, en una sociedad dual regida por el prestigio social y la intriga, las expectativas de Genly sobre género y sexualidad y el rechazo humano hacia lo diferente le impiden entender el complejo entramado de relaciones que perturba y lo llevan a cometer errores que casi le cuestan la vida. Estraven, en quien nunca confió y que ha perdido todo por apoyarlo, lo rescata del atroz cautiverio en que agoniza y juntos emprenden la huida por un territorio imposible. Ese viaje, que alcanza proporciones épicas debido a la severidad del clima y del terreno, es el momento en que Genly y Estraven realmente se encuentran.
Creo que en ese viaje está el impulso de la Vida: abandonar la oscuridad que nos retiene prisioneros, enfrentarnos a los peligros y los rigores más extremos, aguantar las penurias y vencer el temor, todo en pos de un esfuerzo de comprensión --“El acrecentamiento de la complejidad y la intensidad de la vida inteligente”, como recuerda Estraven-- , y no difiere mucho del camino que debemos recorrer para acercarnos a otro ser humano, para acercarnos a ese otr@ con quien queremos relacionarnos individualmente, o para acercarnos a los demás, todos esxs otrxs con los que tratamos de compartir y construir una sociedad.
Quizás, lo que nos queda para pasar este largo invierno que parece no querer irse es reencontrarnos en el refugio de lo que amamos, compartir, sumar fuerzas y resistir, preparándonos para salir a campear la nevada mortal.
 
 Laura Ponce

* ilustración: "Corazón frío", por Grendel Bellarousse

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.